top of page
© Copyright- Por favor no copies mi trabajo, realizar el blog conlleva horas de búsqueda de información, clasificación, filtro, redacción. Si eres un buen profesional, y respeta el trabajo de los demás, elaborarás tus propios post. Si los que yo escribo te gustan. No los copies, compartelos. GRACIAS

Hambre emocional, ansiedad,comida e industria


Hoy vamos a hablar del hambre emocional, y su relación con la industria alimentaria, y esa ansiedad que nos generan ciertos alimentos.

Es un tema muy amplio, que podríamos dividir en muchos subtemas, por lo que voy a tratar de ser lo más concisa posible, y mostraros una visión global, aunque precisa al mismo tiempo, que os ayude a comprenderlo mejor y tomar conciencia.

A su vez, veréis que está muy relacionado con el tema anterior de la recompensa inmediata, pero todo a su tiempo.

Ahora vamos a ver a qué nos referimos cuando hablamos de hambre emocional

Seguro has escuchado la frase de : "Es que cuando estoy nerviosa, me da hambre", o "es que después de comer, tengo que tomarme un trocito de chocolate".

En ambos casos, estamos hablado de hambre emocional. Realmente, todos sentimos hambre emocional. Es inevitable sentir emociones en torno a la comida. La usamos culturalmente para todo: mostrar amor, felicidad (celebraciones con los amigos o familia)... El problema viene, cuando utilizamos la comida, para "esconder" o no prestar atención y analizar, emociones que estamos sintiendo.

Para ello, es importante aprender a diferenciar entre hambre emocional (asociada a alguna emoción: alegría, tristeza, aburrimiento, soledad, rabia, estrés, ansiedad, nerviosismo...), o hambre real (fisiológica).

Cuando nos de hambre, debemos pararnos, escucharnos, y analizar qué tipo de hambre es.

Pero, ¿Por qué en el hambre emocional aparece deseo de alimentos específicos, y no se nos antoja por ejemplo una lechuga o un potaje?

Muy sencillo, a nivel cerebral existe un centro llamado, el centro de recompensa, o centro del placer, el cual se activa a través de una hormona llamada dopamina. Dicha hormona es secretada en mayor grado con alimentos más palatables. Es decir, aquellos más ricos en azúcar, grasa y sal. Ya que son los que más estimulan nuestras papilas gustativas. Esto sucede especialmente con el azúcar, ya que en cada una de nuestras papilas gustativas existen receptores específicos para el azúcar.

Es por ello, que cuando nos sentimos tristes, o nerviosos, buscamos calmar ese sentimiento, mediante este tipo de alimentos.

Pero eso no sería la solución, sino como decía antes, debemos prestar atención a esa emoción que estamos sintiendo, y trabajarlo con el profesional adecuado (psicóloga/o)

Retomando el tema del centro del placer y la dopamina, os diré que a priori, esto no debería ser un problema. De hecho es un proceso fisiológico natural, que nos ha permitido sobrevivir a lo largo del tiempo. Pero claro, antiguamente, en la época de las cavernas, en la cual había épocas de escasez, los alimentos más grasos eran los animales que cazábamos, y los alimentos más dulces, eran la miel y la fruta. Cubríamos así nuestras necesidades. Nos permitían sobrevivir a esas hambrunas y por su puesto, no vivíamos en esta época de opulencia y sedentarismo.

El problema además es que hoy día, los productos de la industria no son muy palatables, sino ultrapalatables, y rompen todas nuestras barreras y mecanismos específicos y fisiológicos que nos dicen: para. (Nunca hubo slogan más acertado que el de: "cuando haces pop ya no hay stop".

Y esto lo sabe la industria alimentaria. Es más, esta no deja nada al azar. En sus productos está todo estudiado al milímetro. Desde el color del envase, pasando por el aroma y efecto crujiente, sabor y por supuesto emociones que evoca. Comemos con los sentidos y por supuesto las emociones. No obstante, el tema de los sentidos los dejaremos para otro día.

Hoy nos vamos a centrar solo en uno de ellos. El sabor. El cual está relacionado con esa triada que os comentaba de azúcar, sal y grasa.

¿Realmente creeis que la cantidad de cada uno de estos ingredientes no está medida?